viernes, 20 de mayo de 2011

RESEÑA DE PERIODISTAS /NOTITARDE.COM/SIMON GARCIA ANDARA







Valencia, 30 de Enero de 2008
Simón García Andara *
Mucho se habla de los valores, estos no son pero existen, son intangibles pero determinantes en la forma de pensar sentir y actuar en cada uno de nosotros. Los valores universales como la tolerancia, solidaridad, la justicia, el respeto, la responsabilidad y el amor entre otros, no se deben limitar sólo a la exposición de ellos en una clase donde se expresa el aspecto conceptual, en una cartelera, trípticos, en un refrán, cadenas por Internet, pensamientos impactantes, dibujos, etc. Es por ello, que en el núcleo familiar son los padres quienes deben fortalecer esos primeros pininos éticos basados en una relación familiar fundamentada en valores. En la actualidad hay que asumir que se ha apoderado una cultura de antivalores desde la relación familiar misma, muchos padres ya no crían, educan o forman a sus hijos, porque esto conlleva una gran responsabilidad, una gran misión, un gran trabajo y sobre todo un gran compromiso moral. Asimismo, se refleja en el comportamiento de los hijos esa debilidad familiar, hijos que se expresan de forma soez, la intolerancia entre padres e hijos, violencia familiar, una conducta grosera y vulgar sin límites, una ansiedad por ser independiente pero sin esfuerzo. Esto, es un diagnostico preocupante, es verdad, pero si queremos rescatar los valores sociales tenemos que comenzar aceptando que es desde el núcleo familiar y como protagonistas los padres donde está el origen de este flagelo, también hay que asumir que después del hogar esta la escuela, y son los docentes quienes deben estar incentivados y preparados para fortalecer en los jóvenes los valores que quizás carecen en su núcleo familiar. ¿Que ejemplos de tolerancia les estamos dando?, ¿Qué clase de agentes socializadores somos?. El modelaje social significativo, en la actualidad para con esos niños y esa juventud es motivo de reflexión. Se debe reconocer que el entorno social esta cargado y no debemos seguir cultivando la "intolerancia", evitar convertir los antivalores en nuestra nueva filosofía de vida en donde la agresión, las muertes, las violaciones, sean tan cotidianas que nos parezcan "normales"; pero por favor no se queje o sorprenda de porque tenemos en el presente comportamientos de niños o jóvenes violentos destruyendo todo a su paso hasta su propio recinto de estudios, jóvenes con bajo rendimiento, maniaco-depresivos, ansiosos, superficiales, adictos, alterados sexualmente, entre otros. Pienso como optimista, que ante tanta agresión lo que nos identifica a muchos, es nuestra preocupación común en desear un mejor futuro para nuestros hijos, déjeme decirles que no basta con preocuparse hay que ocuparse, no hay otra salida. Como afirma R. Yagosesky: ..."no es en lo que nos falta donde esta la clave; sino en lo que ya tenemos y no usamos". No sigamos contribuyendo a la desnutrición y escasez de la tolerancia, fortalezcamos este importante valor social, asumamos esto como nuestra prueba de fuego en donde tenemos que salir victoriosos pareciera una lucha titánica, pero no es momento de analizar los efectos sino las causas que lo originan y este es un compromiso de todos, Padres, Docentes, Autoridades, con la finalidad de establecer estrategias que contribuyan con la internalización de los valores éticos, fundamentar que los valores se "expresan", no se conceptualizan solamente, que en cada conducta se suscriba una demostración implícita de los patrones éticos y morales, que las normas de urbanidad y buenas costumbres que destacan unas relaciones personales respetuosas y con sentido de calidad humana característico de nuestro gentilicio, con virtudes y errores, con aciertos y desaciertos, ya que en las relaciones humanas al recuperarse ante un episodio negativo es signo de fortalecimiento social. Todo esto debe ser demostrado, incentivado a través de la comunicación efectiva y afectiva por parte de los padres diariamente para combatir los antivalores modelados en muchas oportunidades por los medios de comunicación social masivo, Internet, las nuevas pandillas, sectas que deforman la fe, hogares desintegrados, docentes que solo enseñan contenidos sin trascendencia de futuro, violencia estudiantil sin propuestas ni bases ideológicas, entre otros.
En consecuencia, debemos unirnos y los padres como protagonistas en primer orden, con la finalidad de realizar una reflexión profunda pero oportuna con el sentido del ahora, para acometer acciones que oxigenen la contaminante atmósfera de antivalores que quiere enquistarse para siempre en el comportamiento de niños, jóvenes y porque no decirlo, del mismo adulto. Suerte.Exitos.

E-mail:simongarcia06@cantv.net

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